Siempre he usado el título de una pieza de arte como la puerta que me acerque a su comprensión. No se trata de buscar una descripción literal del contenido de la obra, es más bien esa palabra o frase que funcione como el título de un poema, pero sobretodo al mismo nivel de lirismo que pudiera hallarse la obra en sí.
A veces el artista simplemente decide no abrir esa puerta. En la ficha técnica aparece escrito S/N (Sin título) y esta opción puede leerse como: Dejo al espectador la posibilidad de introducirse en mi obra como guste, que le de el sentido que mejor resuene con su propia percepción y de esa forma participe en ella, aportando con su acto creativo un punto de vista diferente. El espectador se convierte también en un artista cuando recibe la obra y la hace suya.
Por otro lado están los títulos que lejos de introducir al público en la obra, lo alejan.al usar lugares comunes, frases insípidas que rebajan el nivel de la imagen visual a un relato cursi.
En ocasiones, la factura de esa imagen visual deja entrever el tiempo dedicado a su realización, el cuidado puesto en las texturas, las pinceladas, el ritmo, la composición, aspectos que el artista debe manejar con cierta habilidad. Sin embargo a la hora de escoger un título, este no pasa por los mismos filtros que la obra y la hace desmerecer, creando un sesgo cognitivo en el creador, entre su manejo pictórico y su lirismo. Por ejemplo, no se nos ocurriría titular: "Nostalgias sobre el puente" a una obra como "el Grito" de Edvard Munch.
Otro aspecto a tener en cuenta es la concorancia de la descripción con el carácter del mensaje. Una obra sugiere todo a través de colores, líneas y formas. Puede ser lúdica, triste, dramática, alegre o simplemente hedonista. Tal como es ella, debe ser su descripción.
Lo antedicho no excluye la ironía, el jugar con sinsentidos, o simplemente buscar la confusión, tal era el caso de Magritte, cuyos títulos eran tan surreales como su obra.
Esta pieza a la derecha intenta ser hedonista en todos los aspectos. Todo el ella es un pretexto para transmitir una imagen agradable. No hace falta pensar o buscar un mensajes velados. Transmite reposo y alegría, no intenta ser realista, solo enfocarse en una escena que es necesaria en estos tiempos en los que muy pocos separan un lugar y momento para dedicarse a nutrir su espíritu a traves de la lectura. Evoca los colores de un ambiente tropical como vemos en Miami, Cuba o cualquier nación del Caribe. Pero sobretodo es una exaltación de la feminidad, dada no solo en el sexo del personaje, sino además en las curvas, flores, colores, o líneas sinuosas que llenan la imagen. No exige otro título que una simple denominación que la identifique. No necesita descripción o de una llave para entrar, no obstante me pide un nombre de mujer, un nombre que tal ves le transmita al espectador la posibilidad de que el artista haya retratado a una conocida, o que alguien con ese nombre signifique algo para él.
Observo la pieza y me doy cuenta que ninguna de las flores gana protagonismo, así que no no deberá llamarse como ninguna. Sin embargo, veo la relación con una artista mujer de mi tierra que basó su obra en los vitrales de la Habana, en las frutas, la vegetación y los colores de mi Isla, Amelia Pelaez.
¡Ya está! un lindo nombre de mujer que describirá este cuadro lleno de tranquilidad, elegancia y colores. Se titulará: "Amelia"